HIJOS DE DIOS EN EL DESIERTO (Hoy) [1 de 11]

               R.P. MIGUEL ÁNGEL COMANDI Pbro.

LAS TENTACIONES DE CRISTO
EN EL COMBATE CRISTIANO
R.P. MIGUEL ÁNGEL COMANDI Pbro.
Del Clero del Obispado de San Luis – Argentina

“No te pido que los retires del mundo,
sino que los guardes del Maligno”.
(Jn 17,15)

PRÓLOGO

Creemos que no es posible aproximarse de manera adecuada a la vida de Nuestro Señor Jesucristo y, por ende, a la vida de la Iglesia y a nuestra propia vida cristiana, sin considerar detenidamente el acontecimiento tan significativo y tan sugerente de las Tentaciones de Cristo en el Desierto. A lo largo de estas páginas trataremos de evidenciarlo, intentando desentrañar, en la medida de nuestras posibilidades, los rasgos esenciales allí aludidos.
               Los tres evangelios sinópticos (San Mateo, San Marcos y San Lucas) contienen expresamente el relato de dicho suceso, de carácter inaugural con respecto a la vida pública de Jesús. San Mateo (4,1-11) y San Lucas (4,1-13) nos han legado una narración extensa y detallada, mientras que San Marcos (1,12-13) en sólo dos versículos hace una referencia muy breve, pero de mucho relieve también.
San Mateo ubica el acontecimiento entre el Bautismo del Señor y el regreso de Cristo a Galilea, punto inicial donde se cumplen las antiguas profecías. Luego de las Tentaciones, San Mateo muestra dicho cumplimiento, con el comienzo del anuncio evangélico:
“Cuando oyó que Juan había sido entregado, se retiró a Galilea. Y dejando Nazará, vino a residir en Cafarnaúm junto al mar, en el término de Zabulón y Neftalí; para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías: ¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, allende el Jordán, Galilea de los gentiles! El pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que habitaban en paraje de sombras de muerte una luz les ha amanecido. Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: «Convertíos, porque el Reino de los Cielos ha llegado.»” (Mt 4,1-17)
               Inmediatamente después de esa referencia, el Señor comenzará la convocatoria de sus discípulos. Encontramos, por lo tanto, una significativa sucesión entre Bautismo, Tentaciones e inicio de la Vida Pública de Jesús, junto con una no menos importante alusión a Juan Bautista. En nuestra reflexión haremos algunas referencias a respecto, con el objeto de comprender mejor lo que sucede en el Desierto.
                 San Lucas, por su parte, sitúa las Tentaciones de manera similar a San Mateo, pero, después de narrar el Bautismo, introduce la genealogía del Salvador. Luego de las Tentaciones en el Desierto, Jesús vuelve a Galilea, también conducido por el Espíritu como en el caso de su ida al Desierto, y su fama se extiende por toda la región. La primera acción de Jesús tiene relación con las sinagogas de esa zona, y especialmente la de Nazaret. El sábado Jesús va a esa sinagoga y allí leerá la profecía de Isaías:
“Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy.»” (Lc 4,17-21)
               Al reconocimiento inicial se seguirá un rechazo absoluto por parte de Israel, rechazo y agresividad que prolonga las agresiones del Demonio en el desierto. Así pues, el contexto próximo de las Tentaciones en San Lucas es la Genealogía (ascendente y que concluye en la expresión “hijo de Dios”) y esta proclamación mesiánica seguida del rechazo por parte de Israel, dentro del gran marco, por supuesto, definido por el Bautismo y el inicio de la Vida Pública.
                Otro rasgo distintivo entre San Mateo y San Lucas es que este último narra las Tentaciones en un orden diverso al primero, invirtiendo la segunda y la tercera, de tal forma que, luego de la tentación de convertir las piedras en panes, le sigue la que tiene lugar en el monte elevado y finalmente la acontecida en el Templo de Jerusalén. En la presente exposición seguiremos el orden habitual de los comentarios, de acuerdo con San Mateo: la primera en el desierto, la segunda en el Templo y la tercera en el monte elevado.
               En el caso del relato breve de San Marcos, los dos versículos dedicados al acontecimiento en el Desierto están precedidos por la narración del Bautismo y seguidos por el anuncio del Evangelio y el llamado a los discípulos, de manera similar al esquema ya aludido. Obviamente cada uno de los relatos tiene características propias y distintivas, algunas de las cuales tendremos oportunidad de comentar en el curso de las presentes reflexiones.
               Como podemos advertir, el rasgo común de los contextos es la manifestación de la condición divina de Cristo (teofanía trinitaria en el Bautismo) y el anuncio de la Salvación que, por una parte, lleva a la convocatoria de los futuros Apóstoles y, por otra, al rechazo de Israel con respecto al Mesías. Todo ello nos permite aproximarnos mucho mejor a lo sucedido en las Tentaciones. Porque no se trata de una mera sucesión narrativa, sino de una cierta lógica interna de los acontecimientos: el Bautismo que deja clara constancia de la condición de Cristo como Hijo de Dios (teofanía trinitaria) y como Redentor (inmersión en las aguas del Jordán), se ordena en cierta manera al Desierto y, una vez manifestado allí el verdadero enemigo de la Redención, Jesús da inicio a su Vida Pública, precisamente ordenada a combatir y a derrotar al Demonio, al Pecado y a la Muerte, redimiendo a la humanidad, rescatándola de esos tenebrosos poderes.
                La Presencia de Jesucristo en el desierto nos admira y nos sorprende, al mismo tiempo que nos ilumina y nos fortalece. En nuestra reflexión queremos destacar que El Señor va al desierto para poner en evidencia a nuestro Enemigo, y mostrarnos así cómo procede el Adversario de la Salvación. Por eso las Tentaciones tienen rasgos del todo particulares, y no consisten en un mero padecer las agresiones de Satanás. Es un acto profundamente magisterial, por parte del Salvador, al mismo tiempo que expresa el hecho y el sentido del enfrentamiento entre la Luz y la Tiniebla. Y tampoco se reduce a la manifestación del Enemigo, sino que implica, en un sentido preeminente, la manifestación de Cristo. Él se nos da a conocer en el desierto, nos muestra allí hasta qué extremo nos ama, hasta qué extremo nos capacita para amar.
               En las Tentaciones convergen grandes acontecimientos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento y sirven de punto fundamental en el desarrollo y comprensión, a la luz de la Fe, de la Vida de la Iglesia. No es un simple suceso del pasado; tiene una profunda incidencia y una marcada realidad en el presente. Desde el Pecado Original hasta el camino de Israel por el desierto; desde los pecados del pueblo de Dios en Canaán y a lo largo de su historia hasta los enfrentamientos contra Cristo y la Iglesia que el Nuevo Testamento narra de forma expresa e implícitamente sugiere. Desde el comienzo hasta el fin de los tiempos, hasta las luchas definitivas que el Apocalipsis describe e incisivamente enfatiza. Siempre se trata del gran enfrentamiento que San Juan compendia en la magnífica expresión contenida en los primeros párrafos de su Evangelio:
“Y la luz brilla en la tiniebla, pero la tiniebla no la venció.” (Jn 1,5)
                Otra dimensión esencial es que en las Tentaciones se pone en evidencia la insoslayable importancia de la Palabra de Dios como arma contra el poder del Demonio y del Pecado. Allí se hace patente el relieve máximo de nuestra condición filial, puesto que nosotros somos tentados también a causa de la profunda aversión que el Demonio nos tiene por ser hijos de Dios. Y cómo la Palabra de Dios es fuente de Vida y de fortaleza para el combate espiritual que se nos presenta y del que necesariamente hemos de participar. En el Desierto está contenida la Pasión del Señor y su triunfo sobre el Pecado y la Muerte. Allí se muestra con meridiana claridad al Adversario y sus acciones, que en toda la vida y especialmente en el Misterio Pascual del Señor conservarán una singular vigencia, aunque no siempre sepamos verlas. Por eso también es tan importante, tan central este suceso en el Desierto. Acontecimiento enigmático e iluminador, paradójico y profundamente significativo, que conjuga claridad y oscuridad, complejidad y sencillez. Que sabe unir todo el dramatismo implicado en las invectivas del Tentador y toda la serena contundencia de Jesús, Hijo de Dios, Redentor del mundo.

* * *

Finalmente queremos manifestar nuestro deseo de que estas páginas, a pesar de limitaciones y carencias, sirvan de aliciente para el combate espiritual del cristiano. Que puedan iluminar nuestro espíritu y enardecer el corazón. Que sea la Palabra de Dios guía segura y sustento del alma en medio de esta vida, que es desierto y es camino hacia la Jerusalén del Cielo. Queremos agradecer los consejos que hemos recibido para redactarlas y las enseñanzas de los grandes Maestros de la Fe. Y queremos dedicar esta meditación a quienes son ejemplos preclaros de militancia cristiana y arquetipos ejemplares de cómo se lucha, de cómo se lleva adelante la batalla más importante de la vida, tantas veces librada en medio del silencio, en las honduras de los corazones humildes que aman al Padre celestial, en el secreto del alma que sólo Dios conoce.

P. Miguel Ángel Comandi
1º de enero de 2018
Solemnidad de Santa María, Madre de Dios

Comandi, Miguel Ángel
Hijos de Dios en el desierto: las tentaciones de Cristo en el combate cristiano / Miguel Ángel Comandi. – 1a ed. – El Volcán: el autor, 2018. 187 p. ; 22 x 15 cm. — ISBN 978-987-42-5933-2 — 1. Religión . 2. Espiritualidad Cristiana. I. Título. — CDD 248.4
Nihil Obstat: Pbro. Lic. Jorge ORELLANO — 10 de enero de 2018
Imprimatur: Mons. Fernando SPALLA — Vicario General – Diócesis de San Luis — 12 de enero de 2018
Este libro fue impreso en: «La Imprenta Digital SRL» — www.laimprentadigital.com.ar — Calle Talcahuano 940 Florida, Provincia de Buenos Aires en el mes de enero del año 2018 Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723 © 2018 Miguel Ángel Comandi

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